Los huevos proporcionan recubrimiento, brillo o acabado a los productos horneados. El recubrimiento o acabado adecuado de los productos ayuda con una mejor apariencia y prolonga la vida útil. Cuando las claras se usan como recubrimiento, las proteínas absorben la humedad del producto y dan como resultado una superficie crujiente. Por otro lado, la yema cuando se aplica con una brocha a la superficie del producto sin hornear, ayuda a evitar que la corteza se seque y le da un aspecto brillante al producto. Si también se le agrega en un momento específico del proceso, el huevo evita que se dore demasiado.