Cuando algo es coagulado, quiere decir que su estado cambió de líquido a sólido o semisólido. El éxito de muchos alimentos depende de esto. Una de las principales propiedades de los huevos es que unen o espesan otros alimentos. En la fabricación de galletas, el huevo coagula e impregna la masa, aportando rigidez al gluten para mantener el volumen alcanzado. En muchas preparaciones, los huevos pueden ser el espesante principal para hacer las masas suaves y ricas. Para lograr que el huevo llegue a la propiedad de coagulación, se puede obtener con el calor, con batido o añadiendo agua. La proteína de clara de huevo se coagula entre 62,2 °C y 65 °C y la proteína de yema de huevo se coagula entre 65° C y 70° C.